21 junio, 2024
Como convertimos el planeta en una víctima de la moda: The Fashion Revolution
En los últimos años está aumentando el gusto por la moda rápida, sea porqué las prendas son más baratas, sea porqué se usan durante poco tiempo para seguir “trends” y luego se desechan.
La industria de la moda tiene un valor de 2.5 billones de dólares (USD) y es el segundo sector más contaminante, los gases de efecto invernadero que genera la industria no provienen sólo de fabricación y transporte sino que también las telas utilizadas contienen materiales que provienen de combustibles fósiles.
La ONU prevé que las emisiones tóxicas de este sector aumenten un 60% para 2030 ya que emite más CO2 que todos los vuelos y barcos internacionales juntos.
Esta contaminación no se produce tan solo en el aire sino que también tiene una parte crucial en la deforestación de grandes bosques para utilizar la madera con fines estéticos como elaborar telas o usar cuero para bolsos y zapatos.
Se estima que se necesita un mínimo de 3.700 litros de agua para crear un solo par de jeans, la industria de la moda es el segundo sector que más agua consume y el 20% de las aguas residuales del mundo están contaminadas por procesos de teñido y tratamiento de telas.
Otra consecuencia de la moda rápida es la rapidez con la que se desecha, el 30% de las prendas fabricadas nunca se venden y más del 50% acaba en vertederos. En este problema entran también marcas de lujo ya que para no vender su ropa por menos precio prefieren quemar la ropa no vendida.
La industria de la moda afecta sobre todo a los países en desarrollo influyendo sobre la explotación laboral, la brecha salarial y la destrucción del paisaje local, de hecho se dice que es una de las principales causas de la esclavitud moderna.
Si quereis más información podéis visitar la página de Naciones Unidas del PNUD https://feature.undp.org/fashion-revolution/es/