19 junio, 2023

Tráfico en el Sahel: armas, gas y oro

A lo largo de los últimos años, se ha tejido una extensa red de trata de personas en el Sahel, una franja de 6.000 kilómetros de ancho que se extiende desde el Atlántico hasta el Mar Rojo, y en la que viven 300 millones de personas. La ONU considera que el lugar está sumergido en una crisis, como consecuencia de su alta inseguridad, inestabilidad política y climática, y el auge de las redes criminales y terroristas. 

Las redes de tráfico que se han extendido a lo largo del territorio, sobre todo a raíz de la intervención militar liderada por la OTAN en Libia de 2011, y la entrada del grupo Estado Islámico (EIIL) en 2015, según la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo (CTED) del Consejo de Seguridad de la ONU. Por ello, actualmente está en riesgo la vida de muchas personas. Se estima que aproximadamente 500.000 subsaharianos mueren cada año como consecuencia del tráfico de medicamentos, uno de los bienes con los que se trafica en la zona. 

Los informes elaborados a partir de operaciones llevadas a cabo en el territorio informan de que,   uno de los hilos conductores de las redes de tráfico es la corrupción. Por lo tanto, se insta al refuerzo de la acción judicial y la implicación de los sistemas penitenciarios para evitar la extensión de las redes criminales.

Hoy, las agencias de la ONU prevén que más de 37 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria en 2023, esto es, unos 3 millones más que el año anterior. Por ello, el G5 Sahel, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Estrategia Integrada de las Naciones Unidas para el Sahel (UNISS) y el Plan de Apoyo de las Naciones Unidas para Sahel; trabajan conjuntamente para ponerle fin. 

Finalmente, como informa el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, la lucha contra la delincuencia organizada es un pilar central en una batalla más amplia para combatir la crisis de seguridad en la región, la cual supone una amenaza mundial. «Si no se hace nada, los efectos del terrorismo, el extremismo violento y la delincuencia organizada se dejarán sentir mucho más allá de la región y del continente africano», ya advirtió Guterres en 2022. 

Más información https://news.un.org/en/story/2023/05/1136847