Último Informe del IPCC: “Guía práctica para desactivar la bomba de relojería climática”.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas publicó el lunes su último informe titulado Cambio climático 2023: informe de síntesis, tras una semana de arduas negociaciones en Interlaken, Suiza en lo que refiere a los objetivos de emisiones de dióxido de carbono y la ayuda económica a las naciones mas vulnerables. 

Surge del informe que si se quiere mantener la temperatura de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales será indispensable reducir de forma profunda, rápida y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores a lo largo de esta década. Teniendo en cuenta que en 2020 se registró un aumento del 1.1°C de la temperatura global, si se pretende alcanzar este objetivo, se deben reducir las emisiones ahora y a la mitad para 2030. 

Para lograrlo el IPCC sostiene que se debe apostar por el desarrollo resiliente al clima que implica integrar medidas de adaptación al cambio climático con acciones para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, como el acceso a energías limpias o la inversión en electrificación y transporte de bajas o nulas emisiones, entre otros. El informe hace hincapié en el rol preponderante de los gobiernos para reducir las emisiones, mediante financiación pública, señales claras a inversores y la ampliación de medidas políticas eficientes. 

El Secretario General de la ONU António Guterres propuso a los estados miembros del G20 un pacto de solidaridad climática, que implica que los grandes emisores hagan esfuerzos adicionales para reducir las emisiones y los países más ricos movilicen recursos financieros en apoyo a economías emergentes.  Además, anunció que presentará una agenda de aceleración de los esfuerzos internacionales, que implica que los países del Norte Global alcancen el cero neto de emisiones para 2040 y abandonen el carbón para 2035, y las economías emergentes para 2050 y 2040 respectivamente.