1 diciembre, 2022
43 años del Premio por la Paz
El pasado 24 de Noviembre en la Sala Noble de la Escuela Industrial, se celebró la entrega del Premio por la Paz, que cada año entrega la Asociación para las Naciones Unidas con el apoyo de la diputación de Barcelona para reconocer los méritos de “una obra individual o colectiva, una trayectoria personal o de una entidad que propague y enaltezca la resolución pacífica de los conflictos, en el espíritu de los propósitos y principios de las Naciones Unidas, la defensa de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales”. El acto estuvo presidido por la señora Pilar Díaz, diputada adjunta a la presidencia y diputada delegada de relaciones internacionales de la diputación de Barcelona, y el señor Javier Sánchez, vicepresidente de ANUE.
En esta cuadragésimo tercera edición, el premio fue concedido a la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, en reconocimiento por su labor en la defensa de la paz y la promoción de los derechos humanos en el territorio de Apartadó, situado en la zona rural de Urabá Antioqueño, Colombia, y contó con Morelis Artiaga, miembro del Consejo Interno de la Comunidad de la Paz de San José de Apartadó, quien recogió el premio en nombre de la comunidad.
La defensa de la paz en Colombia, un país que lleva más de 60 años padeciendo un profundo conflicto interno, no es una labor fácil. Incluso tras la firma del cese definitivo del fuego entre el gobierno y las FARC en 2016 bajo la supervisión de la ONU, se sigue sin poder hablar de justicia.
La Comunidad de San José de Apartadó fue fundada en 1997 después de las muchas masacres perpetradas por los paramilitares, y con el objetivo de retornar a sus tierras. 25 años después, pese a que la violencia no ha cesado, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó no se ha rendido en la defensa de los principios que representan: la libertad, el dialogo transparente, el respeto a la pluralidad, la solidaridad, la resistencia y la justicia. Es por ello que este 24 de noviembre el galardón le correspondió a esta Comunidad, por ser el vivo ejemplo de que, incluso en las circunstancias más hostiles, la construcción de la paz desde la no violencia es posible.