14 septiembre, 2022

Resurgimiento del conflicto por Nagorno-Karabaj

Según el Gobierno de Ereván, Armenia ha sido víctima de una agresión militar por parte del ejercito azerbaiyano este pasado martes, resucitando una vez más el conflicto por la región del Alto Karabaj.

La lucha por Nagorno-Karabaj, situado al este de Azerbaiyán comienza en 1988, cuando el parlamento del territorio vota a favor de la unión con Armenia. En 1991, tras la celebración de un referendum de independencia, se crea un estado independiente de mayoría Armenia el cual no recibe reconocimiento internacional.

Durante las siguientes 3 décadas, la confrontación ha sido intermitente, hasta culminar con la Segunda Guerra del Nagorno-Karabaj en 2020, durante la cual Azerbaiyán recuperó gran parte del enclave.

La violenta escalada de la pasada madrugada del lunes a martes era lo último de esperar tras el alto al fuego pactado en 2021 y supone una perspectiva desesperanzadora para la comunidad internacional, la cual no puede arriesgarse a definir el estatus quo de la región.

Existen varios actores involucrados; por un lado, cabe recordar el genocidio Armenio llevado a cabo en 1915 por parte del gobierno otomano, el cual Ankara se ha negado a reconocer y que incluso hoy en día es fuente de fricción entre ambos países. Por el contrario, la afinidad entre Turquía y Azerbaiján no ha hecho más que crecer tras la colaboración energética entre ambos países, colaboración que es a su misma vez un factor de interés para la comunidad internacional, especialmente para la Unión Europea, que acaba de cerrar un acuerdo para duplicar el suministro de gas.

Pese a que el juego geoestratégico dificulta la resolución del conflicto resulta imperativo minimizar los daños que está causando el conflicto a través de los diversos mecanismos legales diseñados para la protección de los derechos humanos del pueblo Armenio los cuales se están viendo una vez más violados.

Desde la ANUE instamos a la comunidad internacional, especialmente las Naciones Unidas y la Unión Europea para que desempeñen un papel fundamental, y que se abandone la neutralidad con la que ha afrontado el conflicto hasta ahora.