14 diciembre, 2021
Más de 500 millones de personas en pobreza extrema por no poder pagar los gastos médicos
12 de diciembre. Salud
A pesar de que el 68% de la población mundial tenía cobertura sanitaria esencial antes de la pandemia, esta atención no ha sido más asequible. Antes del COVID-19, alrededor de 1000 millones de personas dedicaban más del 10% del presupuesto familiar en salud.
Según dos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, más de 500 millones de personas están cayendo en la pobreza extrema por tener que desembolsar ellos mismos los gastos médicos y el COVID-19 ha supuesto un retroceso a dos décadas de progreso hacia una mayor cobertura sanitaria.
Estas son las conclusiones a las que han llegado dos informes presentados en el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, que ponen de manifiesto el impacto del COVID-19 en la capacidad de las personas de pagar la atención sanitaria.
Puesto que la pandemia sobrepasó la capacidad de respuesta de los sistemas en el 2020, por primera vez en diez años, la cobertura de inmunización disminuyó, causando un aumento de muertos por tuberculosis y malaria, indica el comunicado de prensa de la OMS y el Banco Mundial.
La pandemia también comportó la peor crisis económica desde la década de 1930, lo cual dificulta el pago de la atención sanitaria.
Antes de la pandemia incluso, más de 500 millones de personas estaban al borde de la pobreza extrema por la incapacidad de pagar la atención sanitaria. Sin embargo, esa cifra parece ser todavía mayor ahora.
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, anuncia que “no hay tiempo que perder” y que los gobiernos deben cerciorarse que los ciudadanos tengan acceso a los servicios sanitarios, sin que el aspecto económico suponga un impedimento.
“Para ello, se debe reforzar el gasto público en salud y apoyo social, y fomentar los servicios de los sistemas de atención primaria de salud, con el objetivo de proporcionar atención esencial cerca de casa.”
“Antes de la pandemia ya se habían producido algunos progresos; sin embargo, no eran lo suficientemente sólidos. Ahora, tras la pandemia, debemos fortalecer los sistemas de salud para que hagan frente a la siguiente pandemia y avancen hacia la cobertura sanitaria universal”, agregó.
Toma de decisión difícil por parte de los gobiernos
Es probable que haya un aumento de las dificultades financieras a medida que se produzca un aumento de la pobreza, disminuyan los ingresos y los gobiernos hagan frente a restricciones fiscales más estrictas, concluyen los nuevos informes de la OMS y el Banco Mundial.
“Casi 1000 millones de personas dedicaban más del 10% de su presupuesto familiar en salud antes de la pandemia”, afirma Juan Pablo Uribe, director de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial. “Las personas más pobres se ven desproporcionadamente más afectadas, y esto no es aceptable. En este sentido, los gobiernos deben tomar decisiones difíciles para proteger y aumentar los presupuestos de salud, teniendo en cuenta un espacio fiscal restringido”, añadió.
En 2019, antes de la pandemia, los servicios sanitarios esenciales cubrían el 68% de la población mundial, como los servicios de salud reproductiva; de inmunización; el tratamiento del VIH, la malaria, la tuberculosis; y los servicios para diagnosticar y tratar enfermedades no transmisibles como la diabetes, el cáncer y las afecciones cardíacas.
Sin embargo, la atención sanitaria sigue fuera del alcance de muchos. “Por ello, los grupos más pobres y aquellos en zonas rurales son los que tienen menor acceso a servicios sanitarias, y tienen menores posibilidades de pagar este servicio.”
Mayor impacto de la pandemia en aquellos países sin sanidad universal
El secretario general de la ONU, António Guterres, anunció que, tras el acercamiento del tercer año de la pandemia, “se deben reforzar nuestros sistemas de salud para que sean más equitativos, resistentes y puedan cubrir las necesidades de todos, incluyendo la salud mental”.
Agregó que “las ondas de choque de la emergencia sanitaria están impactando en mayor medida aquellos países que carecen de sistemas sanitarios de calidad para proporcionar atención de calidad y asequible para todos”.
Si queremos lograr la cobertura sanitaria universal en 2030, los gobiernos deben “invertir más fondos y de manera más efectiva en los sistemas sanitarios, especialmente en la atención primaria de salud, los servicios esenciales y las poblaciones marginadas”, asevera Guterres.
Debemos extraer lecciones de la pandemia del COVID-19, puesto que la distribución desigual de las vacunas ha supuesto un fracaso moral a nivel mundial. El fin de la pandemia no se producirá hasta que la pandemia desaparezca en todos los países, dijo el jefe de la ONU.
Reformas insuficientes en América
En el 46% de los países de América hay todavía interrupciones en la prestación de los servicios de salud como resultado de la pandemia. Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, pide que los países prioricen la inversión pública en los sistemas de salud para que nadie se quede atrás.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud remarcó que la pandemia del COVID-19 está afectando, particularmente, a la inmunización rutinaria, las enfermedades transmisibles, la prevención y control de enfermedades no transmisibles, y la salud materno infantil.
Carissa Etienne, la directora de la OPS, añadió que los sistemas de salud “deben ofrecer una respuesta eficaz a la crisis manteniendo las funciones básicas”, puesto que los datos iniciales apuntan a un aumento considerable de la mortalidad y la morbilidad.
Aunque se produjo un compromiso por parte de los estados a través de la adopción de la declaración de Alma-Ata en 1978, la directora de la OPS señaló la insuficiencia en la reforma de los sistemas de salud en las últimas décadas.
“No se han producido las transformaciones necesarias para asegurar que todas las personas reciban una atención médica, y también ha sido insuficiente la preparación y la respuesta durante las emergencias de salud pública”, afirmó.
Fuente: ONU Noticias// Autora: Noelia Gómez Bosqued, estudiante de prácticas en ANUE