21 octubre, 2021
Crecimiento de la vulnerabilidad en América Latina y el Caribe debido a la falta de protección durante el COVID-19
La falta de seguro de desempleo y otras maneras de compensar ingresos ha dejado desamparados a la gran mayoría de los trabajadores de la región. El número de personas que cotizaron en los sistemas contributivos de protección social disminuyó un 7,9% y el porcentaje de mayores de 65 mayores que no tienen ingresos ni pensión alcanzó el 30%.
La pandemia del coronavirus ha reflejado las deficiencias de los sistemas de protección social en América Latina y el Caribe, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que apuntó a la necesidad de una mejora en la cobertura, suficiencia y sostenibilidad, para así mitigar el aumento de la pobreza y las desigualdades.
El director del organismo especializado de la ONU, Vinícius Pinheiro, destacó en un informe sobre protección social en la región, que los efectos de la pandemia se amplificaron ya que “muchas personas se encontraban sin protección social frente a la pérdida de ingresos y empleos”, lo cual generó una situación cercana al colapso de los sistemas de salud.
Solo el 56% de los habitantes de la región contaban con protección social o sistema contributivo antes del inicio de la pandemia, los cuales a su vez dependen de las cotizaciones de los trabajadores y empleadores, únicamente incluían al 46% de los ocupados.
“La gran mayoría de la población ocupada carecía de seguro de desempleo ni otros medios de compensación de ingresos, especialmente en la economía informal”, muestra el estudio. “La pandemia, por lo tanto, ha acentuado la importancia de tener protección social”.
En el documento de la OIT se remarca la necesidad de crear “sistemas integrales de protección que garanticen el bienestar social y el acceso universal a la salud y a la seguridad económica.”
“Para conseguir inclusión y cohesión social, reducción de la pobreza y desigualdades sociales, es imprescindible poseer protección social, ya que esto facilita una transformación de la producción y una mejora de la productividad”, dijo Vinícius Pinheiro, director general de la OIT para América Latina y el Caribe.
Caída récord del número de cotizantes
Según el estudio de la OIT, se produjo un descenso del 7,9% en el número de personas que cotizaron en los sistemas contributivos de protección social como resultado del COVID-19, dato que representa un retroceso de casi una década.
Algunas de los métodos más comunes para proteger empleos e ingresos consistieron en la entrega de alimentos y atención nutricional, junto con políticas enfocadas en la salud.
“Aquellos fondos que se destinaron a la crisis del COVID-19 han mitigado un aumento mayor de la pobreza y la pobreza extrema, y aquellos países que más invirtieron en mitigar la expansión del virus, han evitado el incremento de las consecuencias devastadoras”, muestra el documento.
Aquellos menores, cuyos parientes trabajan en el sector informal de la economía, han resultado más vulnerables y han sufrido riesgos asociados al trabajo infantil.
En la situación que nos encontramos de recuperación de una crisis sin precedentes, el director del organismo especializado de la ONU, destacó “la necesidad de adaptación y ampliación de la protección social. Las prestaciones sociales, de hecho, han sido imprescindibles para aquellos que perdieron el trabajo, y por tanto, son la principal fuente de ingresos y el motor principal para estimular la actividad económica”.
La falta de ingresos de los mayores de 65 años es “brutal”
El informe advierte sobre la seguridad económica de las personas mayores de edad en América Latina y el Caribe, ya que el 30% de los mayores de 65 años no tiene ningún tipo de ingreso laboral ni pensión.
En esta franja de edad, solo el 47,2% de personas recibe pensión o jubilación, el 7% opta tanto a una pensión como a ingresos labores, y solo el 14,9% se beneficia de ingresos laborales.
“La pandemia ha sido difícil para todos, pero el impacto en los mayores ha sido devastador, tanto por el elevado número de contagios, como por la falta de ingresos, que los dejó en una situación muy crítica”, afirmó Vinícius Pinheiro, director general de la OIT para América Latina y el Caribe.
Recomendaciones del informe
El estudio incluye entre algunos de los futuros retos en cuanto a protección social la necesidad de:
- Avanzar hacia pisos de protección social que garanticen prestaciones mínimas para todas las personas
- Ampliación de las políticas dirigidas a la población infantil
- Expansión de los seguros de desempleo
- Ofrecer protección universal en salud
- Garantizar la sostenibilidad de financiamiento, especialmente frente a elevados niveles de deuda y procesos inflacionarios
Fuente: Noticias ONU ; Noelia Gómez Bosqued