19 mayo, 2021

Un estudio respaldado por la ONU pide reducir las emisiones de metano para evitar un aumento de la temperatura global

La Evaluación Mundial del Metano, en el marco del estudio realizado por el Climate and Clean Air Coallition –CCAC-, destaca los beneficios de aplacar esta sustancia, lo que supondrá la prevención de 260.000 muertes prematuras, 775.000 visitas hospitalarias anuales por problemas de asma y la protección de 25 millones de toneladas en cultivos.

La directora ejecutiva de la UNEP, Inger Andersen, consideró la reducción del metano como el instrumento más importante y existente para mitigar el impacto del cambio climático durante los próximos 25 años, además de ser un complemento necesario en la reducción de emisiones de CO₂.

Por este motivo, la reducción de este potente gas de efecto invernadero es fundamental, puesto que es el responsable de casi el 30% del calentamiento global desde la era preindustrial y de una quinta parte de las emisiones mundiales.[1] Además, es una causa principal en tres sectores de la actividad humana: combustibles fósiles, vertederos y la agricultura ganadera.

El Informe subraya la necesidad de una acción internacional inminente, puesto que las emisiones de metano que tienen como origen la actividad humana, están aumentando considerablemente desde que se contabilizan registros. De hecho, ni la pandemia de la Covid-19 ha podido reducirlas, al contrario, se han batido niveles récord en 2020.[2]

El metano, a diferencia del dióxido de carbono, permanece menos tiempo en la atmósfera y su descomposición acelerada, cosa que hace que si se llevan a cabo las acciones oportunas, la tasa de calentamiento global se vea reducida considerablemente a corto plazo. Por su parte, Duke destacó el compromiso de los EE. UU. rebajando las emisiones de metano a nivel nacional e internacional, implementando medidas de investigación y desarrollo, normas medioambientales e incentivos para el tratamiento del metano agrícola.

La Evaluación ha identificado posibles soluciones susceptibles de reducir la proyección del metano en un 30% hasta el 2030, especialmente en el campo de los combustibles fósiles. Sin embargo, estas soluciones no son suficientes, en el sentido que hay otros aspectos –cambio a energías renovables, eficiencia energética residencial o dejar de tirar alimentos- que pueden contribuir a reducirlo en un 15% en el mismo periodo de tiempo.

Finalmente, el profesor en la Universidad de Duke y presidente de la evaluación de la CCAC, Drew Shindell, afirmó la necesidad de disminuir las emisiones de metano y de CO₂ para conseguir los objetivos del cambio climático, teniendo disponible la tecnología para llevarlo a cabo.

Fuente: UN News


[1] En palabras de Rick Duke, asesor principal de John Kerry.

[2] Datos ofrecidos por la NOAA- National Oceanic and Atmospheric Administration- en Estados Unidos.