24 marzo, 2021

La “tecnología de asistencia” para personas con discapacidad está en auge

La tecnología de asistencia es un concepto amplio que designa todos los sistemas y servicios relacionados con la utilización de productos de asistencia y la prestación de servicios al respecto. 

Estos productos tienen como principal función asistir en rutinas cotidianas a personas que ven limitada su autonomía de funcionamiento. De entre esos productos podemos destacar sillas de ruedas, audífonos, prótesis… que permiten en definitiva mejorar la calidad de las personas desde múltiples perspectivas (laboral, social, salud…)

Su importancia en las últimas décadas ha ido en auge, pues han crecido una media de un 20%. Sobre esta base, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) ha afirmado que se están introduciendo cada vez más en los sectores y plataformas, sobre todo digitales, de consumo masivo.

Según la OMS, existen en la actualidad unas 1000 millones de personas que necesitan al menos un producto de asistencia, aunque se espera un incremento de cara a  2030 afectando unas 2000 millones de personas, e incluso para 2050 se calcula que muchas personas, especialmente aquellas de mayor edad, necesiten al menos dos productos. 

Por otra parte, los Robots también incidirán significativamente, proporcionando ayudas en el hogar sobre todo a las personas con discapacidades visuales o de movilidad, entre otras. Asimismo, y en cuanto a las tecnologías basadas en las ondas cerebrales, destaca un avance en las relaciones cerebro-máquina en especial en el ámbito auditivo, sobre dispositivos de conducción ósea no invasivos.

Finalmente, los productos asistenciales también tendrán su importancia en el futuro dentro del ámbito de la salud personal (pañales, por ejemplo) y contribuyendo a una mejor calidad de vida. Como dato relevante, China, EEUU, Alemania, Japón y Corea son los 5 países punteros en materia tecnología de asistencia. 

Fuentes: UN News, OMS.


[1] Definición aportada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

[2] Opinión aportado por Marco Alemán, subdirector general de Propiedad Intelectual e Innovaciones del Sector de Ecosistemas.