13 diciembre, 2022
Primera ronda de negociaciones en Uruguay
El pasado marzo, la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se reunió para negociar un tratado vinculante a través del cual abordar la contaminación por plásticos. Tras el fiasco presenciado en la Conferencia Internacional sobre el cambio climático en el Cairo, a la cual los líderes mundiales aterrizaban en jet privado, dicha reunión estaba destinada a ser otro caso de postureo climático. Sin embargo, tras las negociaciones llevadas a cabo en Punta del Este, Uruguay, parece que existe un compromiso sincero con el desarrollo de este instrumento internacional legalmente vinculante.
La contaminación plástica es una amenaza ubicua que ha causado ya un daño irremediable. Aproximadamente el 40% de la superficie del océano está cubierta de desechos plásticos, los cuales afectan a al menos 170 especies marinas que ingieren sus restos. Incluso el aire que respiramos contiene micro plásticos, pero hasta ahora, estos datos no han sido suficientemente alarmantes como para suscitar nuestra preocupación. Sin embargo, el ecosistema marino no es el único que se ha visto perjudicado por los micro plásticos. El Congreso Virtual de la Sociedad Americana de Química ha revelado una escalofriante realidad; su presencia ha sido descubierta también en tejidos humanos como los pulmones, los riñones o el hígado. La contaminación por plásticos es como una epidemia que desde que se inventó hace tan solo 60 años, ha ido colonizando cada rincón del mundo hasta introducirse en nuestros cuerpos. Es ahora que el plástico corre por nuestra sangre que se le ha comenzado a dar a este problema la importancia que se merece. Por ello, esta pasada semana, del 28 al 2 de diciembre, se han reunido en Punta del Este los representantes de gobiernos, sector privado, y miembros de la sociedad civil para desarrollar un acuerdo a través del cual se pueda acabar con la contaminación por plásticos. ¿Es este instrumento tan prometedor como lo pintan?
El plástico que tiramos en el contenedor amarillo no siempre se recicla para volver a incorporarse en el bucle circular, de hecho, según un estudio realizado por Ellen Mac Arthur, solo el 5% del plástico acaba siendo reciclado realmente. El 95% restante cruzará fronteras para acabar en un basural, o incluso en un bosque o en una playa; la contaminación por plásticos es un problema transnacional el cual requiere la implicación de todos los países. Es por ello que el principal objetivo de esta primera ronda de negociaciones ha sido establecer un plan de acción internacional, pues como bien señaló Andrés Del Castillo, abogado del Centro Ambiental Internacional, ‘sería un sin sentido reunirse cinco veces con expertos de todo el mundo para discutir acciones voluntarias, cuando se necesitan medidas de control específicas dirigidas a reducir y luego eliminar la contaminación práctica en el mundo’. Sin embargo, el carácter global y y obligatorio de este tratado, sigue siendo un tema a debatir entre los denominados países de ‘gran ambición’, los cuales defienden un enfoque global, y los de ‘baja ambición’, que se anteponen los planes nacionales.
Por otro lado, la mayoría de los desechos plásticos son generados por las grandes empresas. Concretamente, 20 empresas son responsables del 55% de los residuos plásticos. Como principales culpables de este problema, deben también jugar un papel en su solución. Sin embargo, son estas grandes multinacionales las cuales han manifestado estar en contra de las propuestas restricciones de producción. En los últimos años hemos visto cómo las marcas más renombradas intentaban reinventar su imagen para fingir ser eco-friendly. Según el informe Talking trash, el manual de las empresas sobre las falsas soluciones a la crisis del plástico publicado por la organización Changing Markets, la hipocresía de la industria plástica es descarada. Coca-Cola, empresa que ha patrocinado la reciente cumbre climática COP27, es la empresa más contaminante por quinto año consecutivo. Ecoembes, organización sin ánimo de lucro cuyo fin es cuidar del medio ambiente, es responsable de impedir la instauración del uso de envases retornables entre otras legislaciones medioambientales más favorecedoras. ¿Podemos llegar a un consenso cuando negociamos con el enemigo?
Estás negociaciones, las cuales se han descrito como de innovadoras e históricas, han sido realmente de un avance muy limitado a causa de la falta de consenso que ha habido entre los distintos actores. Sin una visión compartida, es difícil imaginar la posibilidad de que se empiece a redactar un tratado internacional y jurídicamente vinculante en mayo de 2023, fecha en la que tendrá lugar la próxima sesión. Como de costumbre, se trata de un pretencioso evento en el que se exponen propuestas ineficaces y se hacen promesas vacías.
Silvia Valle