21 julio, 2021

La vacuna: una oportunidad para la cooperación o un instrumento más de la carrera geopolítica

Este pasado miércoles tuvimos la oportunidad de recibir a Eduard Soler, experto en relaciones internacionales e investigador al CIDOB. Soler habló sobre como la vacuna del COVID-19, que tenía potencial para ser una posible herramienta de cooperación entre países, se ha vuelto una arma en el ámbito internacional -sobre todo entre países ricos y pobres-.

La involucración de expertos internacionales a temas relacionados con la pandemia ha dado la oportunidad de poder debatir sobre si la vacuna podía incentivar la cooperación o alimentar una competición entre las diferentes zonas y países del mundo. A pesar de que es demasiado pronto para hablar de conclusiones, puesto que todavía no nos encontramos en la “post pandemia”, Soler habló de las dinámicas que teníamos antes de que el COVID-19 llegara a nuestras vidas. El mundo tenía una dinámica de cooperación y una reemergencia de actores en todo el mundo que creaban una hegemonía de competición y a la vez lazos estrechos entre países. Pero la pandemia y vacuna nos han dado un nuevo punto de vista a como gestionar los nuevos problemas y también a tener en cuenta nuevos actores internacionales, reincidiendo así en una reexaminación de la orden al sistema internacional y humanitario después de vivir un hecho traumático, poniendo como ejemplos la Primera y Segunda Guerra Mundial.

La pregunta que Soler planteó es “¿como puede existir cooperación entre los países con la vacuna?”. Él admitió que forman parte del arsenal de esta lucha socioeconómica, pero que también agrandan las desigualdades en términos de salud y de repercusión socioeconómica. Un hecho innegable de las vacunas y su reparto global es que dan a la erosión de nuevos conflictos y nuevas relaciones entre países. Estas relaciones son diferentes y variantes, y pueden aumentar si le sumamos cambios internos políticos, poniendo como ejemplo los Estados Unidos con las nuevas políticas de Joe Biden comparadas con las del expresidente Donald Trump.

La charla acabó con una nota positiva, y es que los estados de la Unión Europea y la misma UE han gestionado el reparto de las vacunas de una manera muy coordinada, y esto ha hecho que no suban los precios de las vacunas en Europa y que el reparto de vacunas haya sido justo. Aun así, la Unión Europea ha carecido de una estrategia cooperativa con los países exteriores y ha mostrado sus limitaciones en la hora de poder ayudar en los países más necesitados, como Túnez o India.